Los emplean con sueldos ridículos y sin contrato; 2008 fue un mal año asegura el Sindicato de la Construcción
Por Francisco De Luna
Poza Rica, Ver.- Con sueldos ridículos, sin contratos, jornadas pesadas, además desplazados por constructoras foráneas, es así como viven inmersos cien obreros afiliados al Sindicato de la Construcción de Poza Rica y Coatzintla, de la CTM, situación que ha desencadenado la huida de decenas de obreros hacia otros estados del país y del extranjero.
Pareciera que la ciudad se queda sin albañiles, sin empleados que trabajen para una obra de construcción por que el salario es de apenas 70 pesos al día, a los que bien les va, mientras que otros se ven obligados a malbaratar su jornada por 50 pesos, “esa es la realidad, pero los ciudadanos no la quieren ver de esa forma” expresó el Secretario General del Sindicato de la Construcción, José Maldonado Ramírez.
El año pasado el sindicato logró ganar sólo un contrato para obra grande que fue la de Wal-Mart, en donde contrataron el cien por ciento de los trabajadores obreros; en cambio este año, el gremio no ha logrado ni un contrato, situación que los deja en crisis económica.
Las condiciones de vida de los obreros va más allá de la mezcla, de la carretilla, de los bultos de cemento, de la grava; trabajan casi siempre bajo el sol dorado, intenso y caliente, aún así con salarios de vergüenza por que no les queda más que aceptar lo que les ofrecen, aunque muchas veces también les quedan a deber.
Una de las principales preocupaciones de este sector laboral es el desplazamiento de constructoras foráneas, que llegan a la ciudad que no ofrecen empleo a los trabajadores locales, lo que para José Maldonado es una falacia de que con la llegada de empresas comerciales se le de oportunidad a los obreros de la región, “ellos ya traen a sus obreros, antes de llegar tienen el convenio con otros sindicatos y a nosotros nos dejan fuera”.
A la empresa Constructora Ramírez S.A. de C.V. que edificó el centro comercial Office Depot, la emplazaron a huelga para pelear el contrato, sin embargo los empresarios nunca se presentaron a las seis audiencias a las que fueron citados; se terminó la construcción y los resultados siempre fueron nulos.
Dijo que los foráneos prefieren traer empleados de otras ciudades por el bajo salario que les ofrecen, y en caso de que se adquiera la mano de obra de algún obrero de la ciudad, les pagan con salarios ridículos, buscando siempre la finalidad de explotarlos laboralmente. “Como siempre, el empleado es el más amolado”.
No hay nada de novedad con relación la situación laboral de los obreros de la construcción, “si ganamos 50 pesos y la carne cuesta 40 el kilo, el sueldo esta por debajo de la alimentación”.
La actividad laboral para ellos se resiente con el desplazamiento, las pocas oportunidades de trabajo, las obras baratas, que imprimen cada vez más necesidades y la urgencia por tener que escapar de la ciudad en busca de otras oportunidades más redituables.
Por Francisco De Luna
Poza Rica, Ver.- Con sueldos ridículos, sin contratos, jornadas pesadas, además desplazados por constructoras foráneas, es así como viven inmersos cien obreros afiliados al Sindicato de la Construcción de Poza Rica y Coatzintla, de la CTM, situación que ha desencadenado la huida de decenas de obreros hacia otros estados del país y del extranjero.
Pareciera que la ciudad se queda sin albañiles, sin empleados que trabajen para una obra de construcción por que el salario es de apenas 70 pesos al día, a los que bien les va, mientras que otros se ven obligados a malbaratar su jornada por 50 pesos, “esa es la realidad, pero los ciudadanos no la quieren ver de esa forma” expresó el Secretario General del Sindicato de la Construcción, José Maldonado Ramírez.
El año pasado el sindicato logró ganar sólo un contrato para obra grande que fue la de Wal-Mart, en donde contrataron el cien por ciento de los trabajadores obreros; en cambio este año, el gremio no ha logrado ni un contrato, situación que los deja en crisis económica.
Las condiciones de vida de los obreros va más allá de la mezcla, de la carretilla, de los bultos de cemento, de la grava; trabajan casi siempre bajo el sol dorado, intenso y caliente, aún así con salarios de vergüenza por que no les queda más que aceptar lo que les ofrecen, aunque muchas veces también les quedan a deber.
Una de las principales preocupaciones de este sector laboral es el desplazamiento de constructoras foráneas, que llegan a la ciudad que no ofrecen empleo a los trabajadores locales, lo que para José Maldonado es una falacia de que con la llegada de empresas comerciales se le de oportunidad a los obreros de la región, “ellos ya traen a sus obreros, antes de llegar tienen el convenio con otros sindicatos y a nosotros nos dejan fuera”.
A la empresa Constructora Ramírez S.A. de C.V. que edificó el centro comercial Office Depot, la emplazaron a huelga para pelear el contrato, sin embargo los empresarios nunca se presentaron a las seis audiencias a las que fueron citados; se terminó la construcción y los resultados siempre fueron nulos.
Dijo que los foráneos prefieren traer empleados de otras ciudades por el bajo salario que les ofrecen, y en caso de que se adquiera la mano de obra de algún obrero de la ciudad, les pagan con salarios ridículos, buscando siempre la finalidad de explotarlos laboralmente. “Como siempre, el empleado es el más amolado”.
No hay nada de novedad con relación la situación laboral de los obreros de la construcción, “si ganamos 50 pesos y la carne cuesta 40 el kilo, el sueldo esta por debajo de la alimentación”.
La actividad laboral para ellos se resiente con el desplazamiento, las pocas oportunidades de trabajo, las obras baratas, que imprimen cada vez más necesidades y la urgencia por tener que escapar de la ciudad en busca de otras oportunidades más redituables.
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